Arquitectura Técnica (Murcia, Murcia)

Salidas profesionales:

Arquitecto Técnico en el ejercicio libre de la profesión. Director de Ejecución de obras de edificación. Autor y Coordinador de estudios de Seguridad y Salud. Técnico en tasaciones, valoraciones y mediciones. Director o Asesor técnico de empresas de construcción. Director de ejecución y calidad de empresas inmobiliarias. Asesoramiento en Patología. Laboratorios de Control y Aseguramiento de la Calidad. Técnico en Administración Pública.

Presentación

Los estudios conducentes a esta Titulación confieren el Título Oficial de Arquitecto Técnico.

Dentro del ámbito e identidad de la Universidad Católica San Antonio de Murcia se inscribe la Escuela de Arquitectura Técnica, con la pretensión de enseñanza e investigación propias de su naturaleza técnica.

La Escuela de Arquitectura Técnica, lo es para la enseñanza de la profesión de Arquitecto Técnico. Este objetivo exige la consideración de las variables que inciden en el desarrollo actual de la profesión y en consecuencia, asumir los aspectos que la regulan, centrando sus acciones en los siguientes campos:

– Rigor científico en la transmisión de conocimientos.
– Apoyo experimental de las teorías impartidas.
– Desarrollo paralelo de la labor investigadora.
– Preparación práctica para el ejercicio profesional.

Las áreas indicadas determinan y exigen la planificación de las medidas que tiendan a su consecución, y es objeto del Plan de Estudios dejar patente los caminos y fórmulas que lo hacen viable dentro del ámbito de la UCAM.

La situación actual de la profesión de Arquitecto Técnico está enmarcada dentro del proceso general de la producción inmobiliaria, y lo está como uno de los agentes técnicos que inciden directamente en la ejecución de las obras de edificación. La Ley 12/1986 de 1 de abril, sobre regulación de las atribuciones profesionales de los Arquitectos e Ingenieros Técnicos, precisó las tareas propias de la profesión, desprendiéndose la vinculación del Arquitecto Técnico en aspectos relativos a redactar, planificar, ordenar, dirigir, controlar y comprobar la ejecución de las obras dentro del ámbito de sus competencias.

Recientemente la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) ha especificado entre las funciones del Arquitecto Técnico la de Director de la Ejecución Material y en consecuencia y como demanda el ejercicio actual de la profesión, es preciso dar valor propio a la Arquitectura Técnica como profesión en sí, dentro del marco actual del proceso edificatorio.

Como respuesta a las demandas antes reseñadas, la Escuela está desarrollando diferentes comisiones de trabajo encaminadas a dar respuesta a dos frentes: por un lado es preciso estudiar y definir el perfil de Arquitecto Técnico que la actual legislación (LOE) ha introducido; y por otro, es preciso ir combinando las distintas áreas de asignaturas afines para elaborar, en el plazo más breve posible, una primera adaptación de nuestro plan de estudios a los criterios que se fijen en las dos comisiones al efecto, ya puestas en marcha.

Por otro lado, es frecuente confundir el mundo de la tecnología como la principal preocupación de la Arquitectura Técnica, cuando ésta nunca puede olvidar el peso específico de las tres componentes vitrubianas como finalidad o servicio al que se dirigen los esfuerzos técnicos en su afán de conseguir edificar Arquitectura. La pasión que supone la fusión, que no la yuxtaposición, de la utilidad, la firmeza y la belleza es el sentido que convierte el proceso edificatorio en proceso arquitectónico, por lo que el empeño de todos los agentes que intervienen debe estar dirigido a esas tres columnas, no permitiendo que la ausencia de alguna conlleve la inestabilidad del resultado.

Todo lo indicado debe recogerse en la convivencia de la Escuela, y utilizo este término con el sentido pleno del mismo, entendiendo que si aun puede disfrutar nuestra docencia de él, éste no puede representar la simple denominación del lugar, sino que ha de contener la ilusión y pasión por el saber, por investigar, por compartir conocimientos y discutirlos, para adquirirlos y enseñarlos, para reunir a profesores y alumnos, para fusionar el sentimiento de curiosidad que el rigor científico exige y en definitiva, para disfrutar de una de las tareas más bellas que la naturaleza nos brinda, esto es, poder descubrir sus leyes y ponerlas al servicio de la sociedad.

Este curso que da comienzo representa el noveno desde que en 1997 se diera inicio a la rodadura de la UCAM. Con éste serán 9 las promociones que se formarán en nuestras aulas, y por ello, no quiero dejar de agradecerlo a quienes han hecho posible su existencia: el Sr. Obispo, la Fundación San Antonio y su Presidente, el Sr. Rector de la UCAM, así como al conjunto de alumnos y profesores que habéis apostado por ella para en su seno conformarla.
Por último, quiero felicitar a las promociones que ya han obtenido la titulación por esta Universidad, y les invito a que no abandonen su vinculación con los departamentos, con las aulas, con los seminarios, pues será función futura el mantener vivo el interés por la formación permanente, tan necesaria para el ejercicio profesional.